microphones in the trees: the turin horse

Thursday, February 16, 2012

the turin horse


si el propio Béla Tarr afirma que la película nació en 1985, cuando László Krasznahorkai (responsable del guión) escribió un relato acerca de la anécdota entre Nietzsche y el caballo que abrazó después de contemplar el maltrato infligido por su cochero, negando por agotamiento el seguir andando, es lógico quedarse bloqueado a la hora de emitir un juicio mínimamente sensato  tras terminar de ver The Turin Horse (¿necesitará la humanidad 20 años para entenderla?), película que intenta despejar la pregunta que planteó László en 1985; de Nietzsche sabemos que la resaca de ese episodio derivó en la pérdida del habla y la razón hasta el último de sus días, pero ¿y qué pasó con el caballo?

y ahí empieza la película, con probablemente la secuencia más poderosa que haya visto en mi vida. todo el drama que cabe en el mundo contenido en un plano secuencia de cinco minutos sostenido por una banda sonora apocalíptica (Myhály Vig que estás en los cielos), una fotografía asoladora (Fred Kelemen santificado sea tu nombre), con las estereotipias afines a los animales vencidos por el horror (el balanceo de la cabeza, el rumiar estéril de las correas, el galope mortecino) y el viento, sí, el mismo que se lleva las palabras pero no los hechos, de ahí que azote con violencia inmisericorde durante las dos horas y media que dura la agonía de la humanidad.

a partir de ahí Béla Tarr y su mujer Ágnes Hranitzky destruyen en seis días lo que dios creó en ese mismo tiempo, y lo hacen sin azúcar y sin sal más allá del aderezo de las patatas, el recuerdo de la fertilidad de la tierra cuando la humanidad trataba con cariño el arado. convirtiendo la cámara en un taladro que percute repetidamente las bases de la moral y la ética que deberían otorgarle a la humanidad los parámetros correctos para moverse con franqueza y honestidad por ese mundo que nos han regalado, y que, día a día, aniquilamos sin pararnos a pensar qué coño va a pasar cuando lo hayamos destruido. y aquí recupero un texto de Nietzsche que leí ayer al meterme en cama de "Así habló Zaratustra": "si tuviéseis más fé en la vida, os abandonariais menos al momento. ¡pero no tenéis bastante valor interior para la espera ni tampoco para la pereza!". Nietzsche empatizó con un caballo porque no entendía cómo el ser humano, con todo el intelecto que se le presupone, no es capaz de entender la libertad de aquellos que le rodean, sean animales, como en este caso, o humanos como en el rudo comportamiento que el padre regala a su hija, al caballo, a los gitanos o así mismo, al fin y al cabo la violencia empleada en pelar, romper y devorar las patatas no es más que una proyección de la frustración del que se ha perdido en la ignorancia de su yo.

por esa falta de valentía interior los personajes se abandonan al momento, a la rutina, incapaces de asumir el destino que ellos mismos se han labrado. un destino que el caballo asume desde el primer día, cuando las lágrimas que brotan de sus ojos anuncian el fín, el dejar de comer no es sino una muestra más de la avanzada concepción empírica que los animales tienen de la muerte, no tenemos que comer como asevera el padre a su hija en el sexto día, tenemos que morir, tenemos un largo camino por recorrer para aprender a morir.

si lo que buscas son porqués últimos, nada como pararse detenidamente en el monólogo del vecino que entra en la casa a por licor. da igual la forma, el fondo siempre ha sido el mismo, la codicia fue, es y será siempre nuestro mayor enemigo. que esta película resulte tan destroy se debe a la dignidad o decencia empleadas a la hora de filmar, que a algunos nos llegue ahí, lejos de perpetuar clichés gafapastiles, se debe, digo yo, a la predisposición a ver y no a mirar, la diferencia está en la intención. mirar es algo que se hace intencionadamente, mientras que ver es algo que sucede independientemente de nuestra voluntad. podríamos aplicar lo mismo al escuchar y oír, de ahí que cuando en una película coinciden ambas percepciones te corras emocionalmente. vuelvo a Nietzsche para cerrar: "la vida está echada a perder por tanta humanidad superflua" porque a ti no sé, pero a mi es lo que me dicen los ojos de este caballo turinés.


11 comments:

ana said...

:_)
emoticono al canto, para qué más

Anonymous said...

tus emoticonos son picasianos, a este se le ha caido la nariz ¿?

:-) ainhoa

ana said...

danielita :*

jo, me da rabia porque sólo puedo llegar a medio entender todo la filosofía de nietzsche que desprende (el diálogo del vecino casi me marea), y puede llegar a gustarme mucho, muchísimo, bela tarr (sólo he visto ésta y armonías). pero esta experiencia es muy grande y me supera, y me hace feliz. no es de este mundo. tiene un clima, una intensidad, que no puedo describir con palabras. como si fuera rodada en 1800 en otro planeta y con marcianos.
el plano del principio que dices es lo más hipnótico y contundente que hemos visto en la vida, nopes? :)

como he leído por ahí, y a raíz de la noticia de que ésta puede que sea su última película, ¿hace falta filmar algo más después de eso?

rafa said...

me temo que sí, no recuerdo una escena con más fuerza sensorial y al mismo tiempo tan poco aderezada. quiero decir que en teoría es una escena fácil de encontrar, pero claro, estamos en lo de siempre. es ése saber estar ahí cuando de verdad hace falta.

por otro lado la música le pone la tilde, y como te decía antes no puedo evitar pensar que la música de Mihály Vig debe ser lo que andan buscando the silver mt. zion disco tras disco. porque sí, encuentro reminiscencias apocalípticas con el primer disco de gy!be, aquel de título indescrifrable. o por lo menos asocié el monólogo del vecino con los speechs sampleados que aparecían en él, con la sensación de enfrentarme a algo desconocido hasta ese momento que me pilló en pelotas.

en cuanto a si hace falta filmar algo más después de esto, pues como dijo alguien por ahí, esto es el fin del mundo y el principio del cine. cuesta creer que se pueda hacer una película mejor que ésta. o por lo menos tan franca en su concepción. y más con el añadido del apocalipsis, a su lado melancholia parece una peli de emmerich.

hay mucha gente que tiene ingenio y talento, pero son pocos los conscientes de ese genio o esa creatividad. el hecho de que béla tarr valore la comunión del equipo que da forma a sus películas sí lo convierte en un marciano cuando en realidad es un tipo que hace lo más fácil; amar su trabajo y ser todo lo honesto que puede ser con el espectador.

a sus fuckin' pies.

ana said...

¿a por las siete horas de satantangó entóns? :)

sensorial, ésa es la cuestión.
la elección de esa chanson en un bucle hipnotiquísimo...no sé, todo coincide, todo es perfecto

por cierts, sí que entiendo lo de godspeed. habrá que darle una escucha, diez años después (¿no era el mismo día que aquel buen hombre nos enseñó el disco de 'monguei' con la cara llena de orgullo y satisfacción?:)

rafa said...

jajaja sí!!! se llamaba oita, cuando estaba en diskópolis después de mosquearse con suso de elepé. pero lo mejor fue cuando pusimos el disco y había una tipa en el mostrador que flipó primero al ver que sólo eran 4 cortes y que no empezaba la música ni con aplausos.

:)))

rafa said...

"you think the end of the world is coming?"

http://www.youtube.com/watch?v=6tZ_uwDlmPY

adrián said...

la primera en la lista la he puesto, pronto cae. tras leer la reseña de rafa me han venido a la mente varias cintas... así que si alguno se anima a 'härlig är jorden'

http://calmintrees.blogspot.com/search/label/roy%20andersson

nunca tan poco (15 min) me impacto tanto.

Niloe? said...

Tanto entusiasmo no será pasado por alto... Estaré atento por si (quizás, tal vez)pueda arrojar un poco de luz sobre las referencias a Nietzsche, un filósofo muy pop, pero muy incomprendido.

rafa said...

niloe!!! :)))

más que entusiasmo es justicia. en el más amplio sentido de la palabra. a la pregunta de ¿¿qué es el cine?? uno podría responder que esta película y después fumarse un puro.

rafa said...

adrián!! acabo de ver ahora "world of glory" y ya sólo por la escena del principio me parece notable. más que un corto es un espejo al que da cosica mirar. las décadas pasan pero las sociedades lobotomizadas por el capitalismo perduran. qué asquito damos.

thanks!! en su día la había pasado por alto.