microphones in the trees: flores para la diminuta

Wednesday, February 08, 2006

flores para la diminuta

' Hoy me han contado el secreto de la diminuta.
La diminuta es la secretaria del director general de la última agencia de publicidad donde trabajé. Esta mañana he pasado por allí. La diminuta, cada cierto tiempo, recibía un ramo de flores precioso. Lo ponía en su mesa y era tan grande que las hojas verdes que caían por los lados la tapaban. Si andabas en línea recta por el pasillo veías algo diminuto con cuerpo de mujer y cabeza de centro de flores. Nunca dijo quién se las mandaba, pero ponía cara de absoluta normalidad. Con lo que la leyenda del supuesto amor secreto quedaba más clara en cada envío. Hoy he preguntado por ella y sus flores. Ya no trabaja allí, pero me han contado que un indiscreto extracto de su tarjeta de crédito la delató. No había tal amante. Era ella misma quien se enviaba las flores. Al recordarla tan pequeñita y triste me ha dado pena por un instante. Aunque rápidamente la pena se ha transformado en fascinación. Ahora me la imagino como una espía rusa. Jugando con todos nosotros.
Desde aquí, flores para la diminuta.

' Querida yo' de Coloma Fernández Armero.

(El dibu tan chulo es de alyona. Volando voy...)

4 comments:

Ecstatic Peace! said...

Bonita historia.

Yo una vez me envié una carta certificada a mí mismo, porque necesitaba hablar con el cartero.

Lo que digo siempre: la realidad siempre supera a la ficción.

Anonymous said...

Qué dibujito tan entrañable, me encanta! :)

Pobre diminuta.

ana said...

moon siempre fiel a las historias de coloma. ¿te acuerdas del alga en el diente? :-)

neno, fijo: la realidad supera a la ficción!

Anonymous said...

El dibujo me gusta mucho. De hecho, te lo quería robar del soulseek, pero el programa no me lo permitía. Ahora ya es mío.

De una secretaria me puedo esperar cualquier historia de este tipo. Me parece el trabajo más puñetero y menos valorado del mundo. Mi hermana cayó en una depresión después de trabajar como secretaria de dirección. Aquí donde estoy ahora las secretarias son también las personas más estresadas y con mayores problemas de autoestima. Ninguna de ellas tiene hijos; es más, ni siquiera se atreven a planteárselo. Es una triste realidad la de las secretarias.

Y en cuanto a la necesidad de regalarse a uno mismo, en cierto modo es una trampa en la que caemos casi todos. ¿Quién no se ha consolado alguna vez saliendo de compras? Y mejor no hablar de las compras a traves de internet. Yo todavía recibo al cartero que trae mis pedidos de libros y DVDs con la misma alegría con que otros reciben a los Reyes Magos...

Y perdón por la parrafada. Me suele ocurrir siempre que no hablo de música...