resulta que el otro día tras terminar la partida de squash (obviando asociaciones pijiles, un invento la mar de divertido) luis y servidor decidimos darnos un baño en la piscina que está al lado de las pistas. creo que desde que tenía cuatro o cinco años no me bañaba en una piscina municipal, desde aquella época en la que un caballito que iba mutando de color determinaba tu suficiencia en el agua climatizada. a lo que iba, el caso es que el jueves la cita al mismo tiempo del bañador (¿existe algo más incómodo?), un espacio cerrado, una única calle (derecha ir, izquierda volver), la imposibilidad de gritar yiiiiiiihiiiiiiiii al pillar olas y la pinta de espermatozoide con el gorro puesto me recordaron lo afortunados que somos de poder disfrutar del maaaaaaaaaar, pero desnudos claro. flotar en el mar es acordarte de la placenta, del origen de todo, lo más parecido a la felicidad.
la misma felicidad que sucede cuando te acercas a bird show, recuperas on the beach para musicar la escena y te das cuenta de que benjamin vida ahora mismo es lo más parecido a dios.
4 comments:
completamente de acuerdo en que no hay nada como el mar pero ya en primavera o verano porque en invierno en Galicia a ver quién es el guapo que se mete en el mar y no lo da un paro cardiaco.
por cierto, todos aquellos que leais este blog desde una ciudad sin mar no os pongais verdes de envidia :-)
y por último felicitar a la tierra y el mar que hoy es su día
*felicidades*
calla, calla, que aún me acuerdo de tu teoría del mar cantábrico más refugiado que el oceano atlántico bla, bla, bla, y se me congelan los pinreles, estupidisima!
y pasad p'aquí que quiero bañotearme, yiihiiiiiiiiiiiii!
a mi lo que más me gusta es el yiihiiiii, saltando olas, por eso me enamoré de la playa de tampico, en mx, q ni era caldosa ni de paro cardiaco, y salia con las yemas enfurruñadas de tanto tiempo en el agua....
abrazotes.
siloam
..por no hablar del noculo de cocopanda :)
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