"Sparkling Wide Pressure is the project of Tennessee resident Frank Baugh. In Covered in Blue Colors, his take on Americana is both intimate and remote. Many moments evoke a mythos of a shared Western experience. At other times, peyote-induced passages of unintelligible speech hypnotize. Baugh's latest work ~ as always ~ is cloying and undeniably gorgeous."
"Stephen Molyneux offers us here thirteen capriciously lovely and haunting songs. Distinct with a southern bewitching charm, a buried estate home transforms to a field expedition to distant lands. These ancestral memories point to a hybrid history. They seduce with a facade of whimsy, but they will leave an indelible mark. Tape art by Lynn Fister. Watercolor printed on j-card with unique collage work on each. Pro-dubbed chrome tape with kelly green shell. Limited to 75."
listen ~ see ~ buy
cuánta belleza en estas dos cintas del sello de Lynn Fister (Aloonaluna). tan sólo tres referencias (la primera fue un recopilatorio con canciones de Transmuteo, Former Selves, Quiet Evenings, Aloonaluna o Je Suis Le Petit Chevalier) y ya es otro de esos sellos de vibrantes colorines ~ los diseños, las pinturas y los vídeos son de la propia Lynn, un collage distinto para cada copia ~ en los que confías casi a ciegas y sabes que todo lo que editan te va a gustar. haciendo referencia a este loco mundo de conexiones que tanto me gustan, Sparkling Wide Pressure y Stephen Molyneux ya habían coincidido en No Kings, que es a su vez el sello de Lee Noble y del propio Stephen Molyneux.
Stephen Molyneux, viajero incansable, es una especie de joven Alan Lomax que combina grabaciones de campo con sintetizadores analógicos y tímidos drones, una debilidad desde los días de 'cambodian field recordings'. 'las estrellas son el espectáculo del cielo' es sencillamente precioso y como siempre no hay palabras suficientes que se acerquen a la experiencia que supone escucharlo, el clima fascinante, los pequeños detalles en forma de sonidos e instrumentos inclasificables que a grandes rasgos sólo él sabe cómo se llaman. Stephen explora las infinitas posibilidades que ofrece el material analógico y los sonidos capturados en el campo y la ciudad. hay viejos trenes que avanzan como los de 'el divisadero' de Chris Watson. todo suena raído, enxebre, hay percusiones tribales y violines destartalados, suaves efectos sonoros, trompetillas fúnebres que desprenden esa extraña melancolía de los músicos callejeros, con su cabra, su organillo de verbena, su tamboril y sus pasodobles desafinados. también breves apuntes de folk campestre con banjo, ukelele y susurros-mantra que en cuestión de segundos cambia y ya no hay forma de definirlo. el concepto rural llevado a su máxima expresión. miniaturas, collages, delicadeza y belleza pero ante todo field recordings.
el título del disco de Sparkling Wide Horse, que no puede ser más descriptivo y cinematográfico, guarda en su interior imágenes de hipnótica belleza. Frank Baugh nos conduce por panoramas desérticos como los de 'institutio amet' de Derek Rogers, un paseo suave y tranquilo de colores azules, americana de tonos grises pero al final un 'parís, texas' anaranjado sin fin, loops de guitarras flotantes, mantras vocales como los de nuestro añorado Lex Panayi, ráfagas de Talk West, Guanaco, Padang Food Tigers, Lost Trail, algún cuenco aislado, un silbido, el bullicio de unas conversaciones revoloteando al final de 'turquoise', 'the hired hand' con sus cascabeles y su molino de viento girando en el cielo. no puedo describirlo de otra forma, tan sólo flashes, esas guitarras flotantes con sabor a América profunda y una sucesión de imágenes provocadas por lo que está sonando, un regreso al hogar cálido y humano, tan salvaje oeste, tan tan bonito. al final, las dos cintas comparten lo que más admiro, entre otras cosas, esa capacidad de provocar nostalgia de lugares no visitados, de recordar sensaciones que no estás segura de haber tenido y, sin embargo, son de una intensidad brutal. la magia verdadera.
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