unas pocas palabras para un disco tan especial y bonito que en realidad no las necesita... basta con leer su sorprendente historia para querer escucharlo. desde que lo descubrí gracias a Cristian Subirà hace más de un año sigo atrapada. por eso es casi como un sueño que Aguirre lo haya reeditado en vinilo. 'outer planetary music' es una experiencia no traducible a palabras, una locura concebida como la banda sonora de un templo planetario por un músico melancólico y peculiar, reticente al principio (esa inevitable sensación de estar invadiendo su terreno privado), que consiguió enamorarnos con una simple maqueta rescatada de una papelera. un músico capaz de imaginar nuevos significados para viejos conceptos como ambient, new age y espacio. 'outer planetary church music', dulce y fúnebre a la vez, es un regalo: un órgano suspendido que parece flotar en una cápsula temporal, voces celestiales que apenas se oyen, una portada lila y retro que por razones inexplicables me vuelve loca, un trocito de Enno Velthuys, otro trocito de G.I. Gurdjieff con filtro cósmico, y ese algo de Iasos y Günter Schlienz que Tim Robertson, sin saberlo, tan bien insufló a su canciones. dura un suspiro, pero... cuando suena 'untitled five', y 'untitled two'..y... tienes la certeza de haber disfrutado de uno de esos discos cuyos resultados son infinitamente superiores a su pretensiones. glorioso en todo su significado y esplendor.
"ésta es la historia de Tim y cómo un buen amigo mío llegó a conocerlo.
sucedió
hace aproximadamente un año durante un viaje a
Barcelona que hice para visitar a mi novia. vivió allí durante un par de meses para acabar sus estudios, así que al viajar tan a menudo para verla descubrí muchos sitios escondidos. fui a una tienda de segunda mano en el barrio de Gracia. sabía que la llevaba una especie de organización religiosa, pero nunca pregunté de qué se trataba. me gustaba ir allí porque tienen cintas de todo tipo, instrumentos y muebles antiguos. todo muy barato. hacía tiempo que no visitaba la ciudad, así que pensé que tal vez habría algo nuevo. la sala principal me decepcionó así que fui a la planta baja, donde tienen todo tipo de objetos, algunos en desuso. ese lugar también se conoce como el sótano húmedo por razones obvias. es raro encontrar algo interesante, pero siempre compruebo por si acaso. nunca se sabe cuándo va a ser tu día de suerte. a primera vista, nada. pero cuando estaba a punto de irme, en una de las esquinas, mirándome, estaba un polvoriento Hammond Organ. me quedé allí durante unos minutos tratando de averiguar si funcionaría o no, y si valía la pena comprarlo. estaba indeciso. entonces oigo una voz que viene de atrás hablando en perfecto
español (pero con un acento no nativo). "no funciona , es sólo
decorativo". había estado tan concentrado que no me había dado cuenta de que había otra persona allí. me di la vuelta y vi a un hombre alto, de pelo largo y rubio, que parecía tener casi cincuenta años. llevaba una camisa naranja y unos pantalones caqui. "vaya, es una pena.", le contesté. "sí que lo es, tocaba este cabrón todos los días." contestó. no entraré en más detalles porque sería una historia demasiado larga, pero me imagino que a estas alturas suponéis que ese hombre era Tim Robertson.
la conversación se prolongó durante media hora. se mostró confiado, espontáneo y extrovertido, así que fue fácil descubrir muchos aspectos sobre él. nació en Honduras pero de muy joven se fue a otros países como Perú , Francia y Noruega. sus padres se dedicaban a alguna organización religiosa que difundía sus ideas por todo el mundo. el último lugar al que llegaron fue a Barcelona, por eso Tim vivía allí. aprendió a tocar los teclados de niño y actuaba en la iglesia. no me dio muchos más detalles sobre su vida de joven. se centró más en el momento en que decidió comprometerse con su fe y se fue a África. me dijo que su vida cambió después de pasar algunos años en Nigeria y Etiopía. de esa experiencia volvió totalmente renovado y decidió capturar de alguna
manera todas las ideas que tuvo durante su estancia en África. compró
una vieja grabadora de cuatro pistas y empezó a componer, siempre alrededor de la
simple pero compleja idea de cómo sonaría la música de iglesia en el espacio. durante los dos años siguientes se obsesionó en crear composiciones sobres futuros templos en Saturno y Neptuno. grabó horas y horas de música. al final, sintiéndose totalmente frustrado, decidió tirar a la papelera todas esas cintas. bueno, no todas. gracias a dios, se quedó con dos para regalar a sus padres. por desgracia, sus padres fallecieron años más tarde. al limpiar su apartamento encontró las cintas y con el paso del tiempo decidió quedárselas como un recuerdo de aquella época loca.
sentí mucha curiosidad por esas cintas, así que le pregunté si sería posible escucharlas. dijo que no me preocupara, que las llevaría al trabajo al día siguiente. así que 24 horas más tarde allí estaba yo con mi walkman, ansioso por escuchar esas cintas misteriosas. después de un par de minutos estaba totalmente cautivado. era tan extraño. el tipo de música repetitiva con teclados baratos de botones preprogramados. tan primitiva, básica y frágil. entonces le dije que yo también componía música y que tenía una pequeña plataforma para compartirla. que me encantaría que más personas pudieran escuchar esas grabaciones. fue un poco difícil convencerlo. una de las principales razones es porque no le gusta internet, ya que está lleno de pornografía y punks. después de insistir, finalmente aceptó. "al menos será como compartir la palabra de Dios con más gente", dijo. en cuanto volví a Bélgica le enseñé las cintas a mi amigo Peter (Aguirre Records) porque sabía que le gustaría y que incluso querría editarlo.
así
que 20 años después de haber sido compuestas me siento
orgulloso de compartir con todos vosotros estas siete pistas sin título. sin título, pero sí una historia detrás. un
hombre que tuvo una extraña visión: componer la banda sonora perfecta
para los edificios donde futuros viajeros espaciales rezarían al Señor. ahora podéis juzgar con vuestros propios oídos si logró su objetivo o no. gracias por tu tiempo y espero que te guste la música."
"Komodo Haunts is the psychedelic drone solo project of Ollie Tutty (aka Mt. Tjhris), from Lincolnshire, UK. With his music he explores drone structure, sonic textures, meditative zones and personal fictions. Making use of analogue and digital technologies; tape jams playing on human familiarity, natural ambiances, faux-exotica, mythologies, "reality therapy". Taking inspiration from drone masters and new age wanderers the Suijin album is all about getting into "the zone” and could be the soundtrack to an unreleased Tarkovsky movie. Building up from a basis of minimalistic stylings in the vein of Terry Riley’s Persian Surgery Dervishes and adding rich instrumental and vocal layers later." aguirre
"Notes on Suijin / notes on water: liquid forms; Suijin, the shinto God of water ~ water as a force ~ the symbolic status of water ~ people-water relationship. Instruments range from shifting tape loops to reverb laden electric guitar and dark synths, human voice, wind, distorted bass, ceramic ocarina, acoustic strings, processed electronics and oscillating waves." ollie tutty
"Notes on Suijin / notes on water: liquid forms; Suijin, the shinto God of water ~ water as a force ~ the symbolic status of water ~ people-water relationship. Instruments range from shifting tape loops to reverb laden electric guitar and dark synths, human voice, wind, distorted bass, ceramic ocarina, acoustic strings, processed electronics and oscillating waves." ollie tutty
Komodo Haunts vuelve con un disco para el que, de verdad, no hay palabras suficientes que se acerquen a la experiencia que supone escucharlo. después de 'dance on the serpent's neck', 'low winged, silken plumes' (el flechazo), 'secondary efflorescence', 'atoll phantasm', 'earth
dream', 'garlands of marigold', 'ancient sea' y varias canciones
esparcidas en recopilatorios, no debería sorprenderme nada de lo que haga Ollie Tutty... pero me sorprende. suenan las primeras notas de 'goliath breached the heavy clouds', enlazada mágicamente con 'lemurs like rain', y caigo rendida. es de ese tipo de canciones que cuando suenan en una selección aleatoria te da un vuelco al corazón y necesitas saber de quién es... siempre tengo esa sensación con 'wässer' de Inoyama Land y 'mayapple's dream' de Kane Pour. hay tantos pequeños detalles... una tonadilla lisérgica que marca el clima del disco y te precipita hacia dentro como un imán. un sintetizador en espiral, una ocarina, una melodía delirante que dispara la imaginación y te recuerda a mil películas antiguas. la vaporosa aureola alrededor, cual dulce veneno, te adormece con esos instrumentos a merced del viento. nadie toca los instrumentos. suenan solos.
en 'suijin' (dios shinto del agua) permanece la mitología oriental, la psicodelia brumosa. también su halo cannábico. todo lo demás es distinto. o igual, pero más embriagador y extraño. donde había un poso gamelán, hamacas, la brisa tropical, está ahora el tañido de cerámica de una ocarina, un órgano de iglesia. y el agua, que está ahí aunque no suene. la naturaleza exótica crea una atmósfera inquietante. si fuera una película, sería Jasón y Los Argonautas. si fuera un personaje de leyenda, la Hidra de Lerna, monstruo acuático
con forma de serpiente policéfala: si le cortabas una cabeza le crecía otra. ¿me estoy liando?... normal. perderse en este disco es bastante más fácil que intentar describirlo. no hay referentes
claros, tal vez Pan Dolphinic Dawn, Pacific Rat Temple Band, Lamborghini
Crystal, Ancient Ruins of the Peruvian Mind. su grandeza es más
profunda que la ecuación drone tropical-psicodelia-ambient. está en su
vocación onírica, de fantasía alien, como Fourth World Magazine y H.R.
Giger's Studilo, todo el universo Pacific City Sound Visions. Ollie se despide con una canción acústica que sale de la nada como un espectro: me recuerda a los inicios de Devendra (los dulces na na nas, ahhs), Pássaro do Pomar, Salvador Cresta... como es tradición, y aunque casi sobre decirlo, 'suijin' será uno de mis discos favoritos, si no el que más, del año. tan diferente, tan cercano a la infinita irrealidad y aura especial de 'el dorado' o 'forum'.
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