"seek solace. be still and drift. withdraw and be there. there. inside. a
chair awaits. a beginning built from an ending, from leaving, from
afar. in times such as these, The Withdrawing Room is a safe haven to
leave behind all that weighs heavily and surrounds us. we remark how
comfortable the chair is, how exquisite the view is outside the window,
the aroma, the breaths to be taken as you become aware of the minutia
all around you and the sounds emanating from Mary Lattimore’s harp,
warming your feet, your hands, your heart. breathe.
previous
collaborations have seen Mary matching wits with such esteemed
luminaries as Meg Baird, Kurt Vile, Ed Askew and Fursaxa. but for this debut work, Mary sequestered herself in a
room, much like this one, to kindle three distinct works for keeping
the listener company as he or she enjoys the view. the nuanced notes of
the harp strings sing and reverberate amid subtle electronics courtesy
of Jeff Zeigler on the 24-minute long piece “You’ll Be Fiiinnne;”
“Pluto the Planet” meanders at a slow and steady pace as the sun makes
its way across the sky and the gentle plucks of the silk and steel
resonate within, beyond; the closing chaos of “Poor Daniel” charts a
recklessness that embraces the listener as he or she quietly makes
their way out of the room to tackle the world anew." desire path recordings
dicen en anti-gravity bunny que Mary hace con su harpa lo que Fahey o Basho con su guitarra. yo añadiría a Lubomyr Melnyk con su piano. y James Blackshaw y 'winter's temper' (parecen lejanísimos los años) de Voice of the Seven Woods. harpas que son cascadas. y cajitas de música con bailarina dentro. tan sólo tres canciones a cada cual más bonita ~una dura dicisiete minutos y otra casi veinticinco~ que fluyen libres y luminosas cual agua de río, como inventadas por el camino. mientras la torrencial 'you'll be fiiinnne' es una nana psicodélica, alegre, melancólica y sonriente (sí, todo a la vez) con algún field recording que bien podría ser de sus compañeros de sello Nite Lite y que me recuerda a las melodías vespertinas de Virginia Astley, 'pluto the planet' tampoco es algo de este mundo. sólo dan ganas de quedarse ahí dentro para siempre, en ese cambio a partir del minuto 8:16 de pelos de punta y piel de gallina, tan bonito y fantabuloso que no se puede explicar. Mary te lleva en volandas a territorios flotantes en la senda de Brian Eno, el harpa adquiere luz y ligereza y parece llegar de algún idílico paisaje natural, el mismo que habita Virginia Astley. música de frío domingo otoñal por la mañana y una casita de madera en el campo para siempre.
foto: elliott scott
2 comments:
en el último de Fursaxa me encantó. aquí no me ha terminado de enganchar, tal vez porque llegué buscando algo similar.
un abrazo
hola daniel! a mí me pasa justo lo contrario, en esas dos canciones con Fursaxa me pasó más desapercibida (todavía no he podido escuchar el concierto en atp). pero claro, ahora con sus composiciones y el harpa inundado todo el disco es como más....más :)
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