microphones in the trees: mike tamburo

Monday, March 05, 2007

mike tamburo


Mike Tamburo escribe unas líneas en el libreto del cd que, sin hablar apenas de su música, sirve para conocerle un poco más. su sinceridad es tan desarmante que se convierte en la mejor introducción posible a su música. todo, o casi todo, lo que desea saberse sobre Mike Tamburo se encuentra en esas palabras, en esa exhaustiva odisea para realizar su sueño, y en ese recorrido apasionante por la música folk de treinta y dos minutos llamado Dance Enis Dance.

"me estoy quedando sordo. he tenido problemas de oído toda mi vida, y cada día que pasa el zumbido es más y más fuerte mientras todo lo demás se vuelve más silencioso. es una de esas cosas que no tengo más remedio que aceptar. durante años he bromeado con ello, yendo incluso más lejos al titular un single de Meisha "The deaf will still feel our vibrations". pero honestamente, cuando pienso de verdad en que algún día no oiré, me asusto e intento consolarme a mí mismo. solía expresarle muy a menudo estas inseguridades a Sayas, y él siempre tenía una historia o algún ejercicio que me devolvían de golpe a la realidad. ejercicios que ponían al límite los sentidos y la concentración. la realidad podría destruirse con la caída de un simple alfiler. nos sentábamos durante horas, experimentando con las vibraciones de las cuerdas y jugando con las luces, o a veces totalmente a oscuras. un día me contó una historia sobre una comunidad de músicos sordos. esa historia volvía una y otra vez a mis pensamientos, y me di cuenta de que a través de ella encontraría mi paz. (la curiosísima historia la transcribe íntegramente en el cd).
un día, después de la muerte de Sayas, fui a una tienda de discos usados. me topé de bruces con un viejo Lp de 'The Korean Deaf Percussion Orchestra'. cuando lo vi una corriente de energía me atravesó el cuerpo. me había pasado incontables horas fantaseando sobre cómo sonaría esa comunidad. pensé que eso me daría una idea. le pedí al dependiente que pusiera el disco y lo que oí era básicamente música pop tocada por un grupo de los mejores percusionistas sordos de Corea. fue, honestamente, una pequeña decepción, pero despertó un pensamiento que me obsesionó durante dos meses de viaje. empecé a escribir música para una orquesta de sordos en Julio del 2005. quería escribir algo que pudiese ser interpretado basándose sólo en la vibración, más que en la melodía o la armonía. no se trataba sólo de componer sino de aprovechar los recursos de la amplificación para que las vibraciones se sintieran de muchas formas distintas. Llegué a Portland, Oregon, en Septiembre del mismo año. mientras, me había estado escribiendo con mi colaborador durante años, Matt McDowell, acerca de cómo dar forma esas ideas. por curiosidades del destino, sucedió que había de hecho una orquesta de sordos allí mismo, en Portland. decidimos que teníamos que finalizar este proyecto. Matt contactó con Andrew Howard, director en aquel momento de un programa de música en la Escuela Oral de Tucker-Maxon. al principio creyó que era una broma y casi hecha a Matt del edificio. cuando por fin llegué de nuevo a la ciudad fuimos los dos juntos a hablar con él. le conté la historia que Sayas me había contado, y que me estaba quedando sordo, y que ésta era la respuesta que estaba buscando. Andrew me hizo varios test de audición y comprobó que de verdad me estaba quedando sordo. empezó a trabajar con nosotros poco después. MacDowell y yo nos metimos de lleno en la composición de la música, notas que pudieran sentirse tanto como oírse. trabajamos sin descanso durante el mes siguiente y conseguimos algo de lo que nos sentíamos muy orgullosos. le dimos la música a Andrew, el cual tenía que enseñar a hablar a sus alumnos enseguida. fijamos la fecha de la actuación para el mes siguiente y preparamos un sistema de sonido adecuado. planeamos construir un escenario con veinte altavoces (cabinas de sonido) que prepararíamos y cubriríamos de madera. después de muchos días de trabajo con los músicos, individualmente, y con la orquesta al completo, llegó el día de la actuación. honestamente estaba destrozado. durante días estuve tomando dios sabe qué para permanecer despierto. desgraciadamente, Matt y Andrew estaban en la misma, si no peor, condición. Andrew me dijo que seguramente no podría enfrentarse a los padres en ese estado, y que quería cancelarlo. egoístamente dije que no había llegado tan lejos para ahora abandonarlo todo. estaba decidido a dirigir esa orquesta. los músicos se posicionaron sobre el escenario. y la música y el desastre dieron comienzo. en primer lugar la madera con la que habíamos cubierto los altavoces era demasiado frágil para aguantar una orquesta de veinte personas. se rompieron y seis músicos se cayeron de sus sillas. seguí dirigiendo a pesar de que muchos de los músicos estaban más pendientes de la caída de sus compañeros. me entró el pánico y empecé a agitar las manos más rapido, estampando el ritmo contra mis pies. la orquesta no podía seguirme, y el sonido se volvió una horrible masa de distorsión. de repente se cortó el sonido y se hizo el silencio. mi sueño no se había cumplido todavía.

sólo puedo dar gracias a Davide (aka polvere di farfalla) por haberme dado la posiblidad de llegar hasta él, hombre singular donde los haya, un ser magistral capaz de convertir la herencia de Fahey en un nuevo lenguaje. empiezan las primeras notas e inmediatamente la piel de gallina. una premonición de lo que me espera más adelante. del sonido Takoma de toda la vida, a las llanuras blancas con fondo azul de 'Gerry', al raga, a los apalaches, al sonido de los pájaros, a algo parecido a una manada de caballos al galope, a los drones y las reverberaciones. Fahey, Keenan Lawler, Sandy Bull, Harry Partch, Greg Malcolm, Tony Conrad... nombres muy comunes que Tamburo parece reinventar con la mayor naturalidad del mundo. quiere, y consigue, ir más allá. experimenta con diversas texturas y sonidos (guitarra acústica de seis cuerdas, cuencos tibetanos, armónicas cromáticas, altavoces, efectos, slides...) y a partir del minuto diecisiete se transforma en un torrente de emotividad que le sitúa en un punto y aparte. Tamburo va espolvoreando magia propia a través de unas notas de piano, de una orquesta de campanillas y amplificaciones, de golpes inesperados. me impresiona la facilidad con que se desliza de un estilo a otro, hay al menos cuatro cambios definitivos. el que se produce en el minuto veintiséis es estremecedor, Tamburo acelera de repente su ritmo cardíaco y lo que hace con las cuerdas y con sus manos no se puede describir. si hubiera que buscar un nombre que mostrara toda la esencia de una guitarra, nadie lo tendría más merecido que él. no hay secretos ni rayos de luz, sólo magia. repaso sus fotos. ofrece una imagen distinta en cada una, o a mí me lo parece. se ve que su capacidad creativa supera casi lo musical. Dance Enis Dance es algo que perdurará, al menos en mí. ni áspero ni chirriante, sencillo y cautivador como un paseo por el campo.

11 comments:

Anonymous said...

La historia es alucinante. La verdad es que siempre me ha maravillado esa musica que se puede sentir, esas notas que hacen que te vibre la caja torácica y que es como si las escuchases de dentro hacia fuera y no al reves. Es una sensación rara que muy pocas músicas me producen, pero las que lo hacen quedan ahí para siempre, vibrando entre mis costillas. Todavía no he escuchado a Tamburo pero tal y como se describe creo que voy a tener que buscarle un momento especial :-)

ana said...

pelos de punta con la historia, uf! me flipan el delay que va del minuto 6 al 9, lo del minuto 10 al 14 me recuerda a 'after' el disco del town & country joshua abrams con los ruidos de campo y los fuegos artificiales, todo lo que pasa después es vertiginoso, una maravilla. grande tamburo!

ana said...

ainhóula, tienes que encontrar ese momento (¿mientras pancheas un poco?:)) como dice rafa, es tan vertiginoso que es imposible de describir, sólo puede ser escuchado, reescuchado, disfrutado una y mil veces

y jo, vaya decepción el último de cocorosie. adiós definitivo a la magia (en el anterior aún había una poquita) pero aquí...excepto dos o tres, el resto es hip hop edulcorado

raphael se salva, eso sí :)

Anonymous said...

esta tarde, con este dia de perros y pancheando un pokine (sin excederse)creo que va a ser el momento mágico del día. Espero que tantas espectativas no queden en un cúmulo de ruidos insufribles ;-)

Little Turtle said...

menuda historieta.

he tenido una sensacion extraña cuando describia de manera tan natural como empezaba a faltarle audicion. tambien me ha resultado muy revelador la orquesta de sordos, pues aunque uno conozca poquito, esta gente nunca es tomada en cuenta en el campo tan vasto de la musica y que cada vez se amplia mas y mas hacia los demas sentidos.

la musica de tamburo, puede que por su condicion, es muy sinestesica. a este fenomeno es al que mas asocio tu blog y mira tu, que lo primero que pienso es en arboles y no en musica. (*___*)

Drew Danburry said...

como estan? me cuesta escribir en espanol pero quisiera decirles que a mi me gusta su blog! acabo de volver de europa y barcelona donde toque musica y acabo de salir con un album de uno de los bolos y me gustaria enviarles un album si quieren?

ana said...

hola drew, muchas gracias por pasarte por aquí. estaríamos encantados de que nos enviases tu cd. acabo de escuchar algunas canciones y suenan muy bien, sobre todo Red rock virgin's encounter with winter nights (me recuerda a Our anniversary de Smog...y Stephen Malkmus :))

ana said...

brian, me he ido corriendo a buscar el significado de esa palabra y me he encontrado otra historieta que me encanta: sensaciones unidas

Little Turtle said...

;)

Anonymous said...

me ha encantado la entrevistilla de "sensaciones unidas". Me parece alucinante la idea de que haya gente que vea imágenes cuando escucha sonidos y sobre todo lo más alucinante es que sea algo natural. No sé, es como de película y resulta que es pura realidad. En fín, lo dicho, alucinante :-)

Guillermina said...

¿Y tú qué usuario eres en SLSK? :)