"this time, synth artisan, Cosmic Winnetou chief Guenter Schlienz graces
Metaphysical Circuits, with his third tape of 2013. an enchanted
analogue essential. recorded on the shores of Normandy (yes, outdoors!), "The Norman Tapes"
flawlessly merge Schlienz's trademark minimalist synthesizer
harmonization with environmental recordings (wind, waves, gulls ~
decidedly ambient in themselves.) supreme lo-fi aural driftin'. tapes dubbed at chez Guenter ~ thus, better sounding than our "in real-time, from cd-r" home-dubs... " metaphysical circuits
ay, el sonido de Günter Schlienz parece que nos acompañará hasta el fin de los días porque, es cierto, no hay cinta suya que no sienta la necesidad de recomendar. haga lo que haga, estaré ahí. Günter es la personificación del encanto y la sencillez, de la música concebida para escuchar de noche y en penumbra. la calma. sin embargo 'the norman tapes' es diurna y luminosa, está en las antípodas de las antípodas de la oscuridad y vuelve a demostrar que el hombre que susurraba a los sintetizadores necesita muy poco para convertir cualquiera de sus cintas en algo especial. si me pongo a pensar en las grandes cintas que, cada una a su manera, definen cómo ha sido la historia reciente de este formato mágico donde los haya en los últimos años, me salen, desde la total subjetividad, claro, unas cuantas (infinitos grandes pequeños sellos como Tranquility Tapes, Hooker Vision, Rotifer, Ginjoha, Jozik, Permanent Nostalgia...), pero por encima de todos ellos situaré siempre 'tape studies' y aquella portada magnética editada en SicSic Tapes. para mí, junto a 'many moons' de Former Selves, el verdadero principio de la magia, de las ganas de sumergirte y saber más.
esta vez mi debilidad se llama 'arrivées', la canción que destapa la magia en 'the norman tapes', uno de esos tesoros que hay que compartir y que, si no haces un esfuerzo titánico, te impiden seguir escuchando la cinta hasta el final. muy suave. muy muy entrañable y llena de imágenes. como toda la cinta de la pe a la pa. tan sólo con la delicadeza extrema con que se acerca a 'interlude' y 'talking to seagulls', mejor cuanto más bajito, le basta para que vuelva a caer rendida. sonidos analógicos, naturales, los diálogos melódicos que parecen seres vivos, la contención, la emoción, la brisa, los lugares más fascinantes del planeta, no son más que pequeñas muestras de la gran capacidad expresiva y artística de Günter, que se lleva sus cachivaches a las preciosísimas playas y acantilados cretáceos de Normandía, Francia, refinando hasta el extremo su ambient etéreo mediante una reivindicación de la austeridad y las grabaciones de campo. suena a mar, a arena, a rocas cubiertas de algas y caramujos, a sintetizadores modulares de madera. y es, como mínimo, tan sugerente como 'sardinian tapes' y 'dalmatian tapes'. el viento y las gaviotas de 'le vent (creux mauvais argent)' y el mar de 'the ghosts of utah beach' definen un sonido, un estado de ánimo y una idea que sólo parece posible con artesanos como él, Buchikamashi o Lieven Moana.
'the norman tapes' es una especie de comunión romántica en la que cada mínimo sonido nos demuestra que la melancolía y su plasmación musical tiene infinitos modos de manifestarse. su sintetizador, dulce y envolvente, se ve arropado por los sonidos relajantes del mar, el viento, las gaviotas y las voces lejanas de niños, yendo del minimalismo al lirismo con la misma suavidad y magia con que un susurro apagaría una vela. las notas de piano trazan atmósferas tan apaciguadas e inquietantes como las de Satie, con quien casi de forma inconsciente, cinta tras cinta, no puedo evitar relacionar. 'vindefontaine la nuit', una dulce sinfonía de pajaritos, búhos y agua seduce como 'canto arquipélago' de Dolphins into the Future, demostrando que quizás, sólo quizás, Günter es de lo más bonito que le ha pasado a nuestro micromundo musical desde Jewelled Antler y que será una referencia para siempre. de aquí a un par de años, cuando sea considerado como el mago que es, todos (que éramos muchos) presumiremos de haberlo visto cuando empezó. una frágil e inolvidable maravilla.